Los requerimientos calóricos de
nuestro organismo para que las funciones fisiológicas de los diferentes órganos
sean normales sería de aproximadamente unas 1500 a 2000 Kilocalorías/día.
En nuestro mundo occidentalizado
vivimos deprisa, sin reposo, nerviosos, estresados e incluso en muchos casos
con trabajos que requieren una actividad física reducida y sin tiempo para
preparar y disfrutar de una alimentación sana y equilibrada. Estos factores han facilitado la
proliferación de la comida rápida o, en su término inglés ,“fast-food”. Desde
el punto de vista de su preparación para el consumidor, esta comida rápida no
es solo cómoda sino también sabrosa. Por eso, queremos consumirla más.
La pregunta que lógicamente nos
hacemos es ¿que calorías podemos a llegar a consumir con una de estas comidas
rápidas? Con una única comida rápida que consumamos ya estamos adquiriendo prácticamente
para nuestro organismo todas las calorías necesarias que tendríamos que
realmente consumir al día. Por ejemplo, si ustedes consumen una
hamburguesa (aproximadamente 600
kilocalorías), una patatas fritas (más o menos 400 kilocalorías) y un refresco
carbonatado por ejemplo un vaso de cola (200 kilocalorías). Sumando todo eso,
verán que habrían consumido
aproximadamente 1200 kilocalorías. Si encima a la hamburguesa la añaden una
lonchita de queso, tomate, mostaza un poco de mahonesa, añadiremos fácilmente
otras 100-150 kilocalorías más.
Pero ahí no termina los efectos negativos
de este tipo de alimentos. En general la comida rápida es rica en grasas
saturadas y sal. La grasa saturada facilita la formación en nuestras arterias
de acúmulos de colesterol que podrían contribuir a dañar a nuestros vasos
sanguíneos y sufrir patologías cardiovasculares.
En algunos locales y cadenas de
comida rápida, se comienza a informar detalladamente al consumidor del
contenido calórico e incluso el origen de cada alimento que en el
establecimiento se puede consumir.
Existe también un aumento
importante del fast food hogareño. Ese es el que en nuestras casas hacemos al
consumir bollería industrial o platos precocinados. Estos alimentos también suelen estar elaborados con grasas
no recomendables o alto contenido en sal.
En el caso de los alimentos
precocinados, al estar previamente cocidos, pierden ya muchos nutrientes
beneficiosos. Al terminar su preparación en nuestros hogares, siguen perdiendo
más nutrientes como vitaminas.
Por eso si quieres comer bien y
saludable te recomendemos reservar en Cena Lista para encontrar los
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